Corria el año 1988 cuando el grunge empezaba a traspasar ya el circuito de Seattle y alrededores, grupos pioneros como Green River (creado con varios naufragos de proyectos anteriores y que más tarde sus miembros se unirian en bandas como Mudhoney o Soundgarden entre otras) habían empezado a asomar la cabeza por todo el país, aquel sonido sucio interesaba, finalmente Soundgarden abriría la caja de los truenos, pero eso sería más adelante. En 1988, la discográfica Sub Pop, promotora de aquel movimiento, gracias su política de lanzar sencillos de estos grupos (los mandaban por correo a sus abonados, hoy se cotizan mucho), empezó a darse cuenta de que aquellos músicos entre olores varios también tenían olor a negocio, así que adelantándose a los demás, conocedores como nadie del mercado decidieron hacer una selección de las bandas que por aquel entonces despuntaban, con vistas a ver que les deparaba en el futuro, y fue el productor Jack Endino, quizá el mejor conocedor de lo que allí se cocía puesto que el mismo había tocado en algunos de aquellos grupetos. Decidió como era lógico apostar por grupos ya sólidos, líderes del grunge local como Green River, Tad, y las futuras estrellas de Soundgarden, también un grunge más suave, melódico, con reminiscencias folk incluso como eran los Walkabouts (grupo a descubrir), también andaban por allí los distorsionados Screaming Trees del reputado Mark Lanegan, manuales del sonido Seattle, no podían faltar tampoco Mudhoney, un grupo que acabaría por hacerse un nombre respetable (a modo personal no les veo nada especial), no podían faltar tampoco The Fluid y Beat Happenings, grupos menores en comparación pero también conocidos por aquellos lares, pues el objetivo no era otro que exportar lo mejor, la esencia pura. El resto son grupos mucho menos conocidos, que imagino que por aquella época empezaban a apuntar maneras, y por eso allí les metieron, todo sería profundizar para ver que tal suenan, suelen ser el grunge más crudo, el vigor juvenil de unos chavales que puede se hubiesen conocido en algún concierto de sus sucios gurús. Aquí abunda la morralla. Y en la pista tres, unos chavales de los que se empezaba a oir hablar, Nirvana se hacian llamar, no eran de Seattle, si no de Aberdeen, salían de entre los bosques, con sus camisas de leñador, conocían a los Melvins y habían sonado en Kaos FM emisora difusora del grunge, decían que eran buenos, y Jack Endino bien lo sabía, pues ya había apostado por ellos junto con Sub Pop y su mercado de sencillos, Big Cheese y Love Buzz (versión de los psicodélicos holandeses Shocking Blue, cuyo mayor éxito due la canción Venus, sí, las de las depiladoras femeninas del anuncio) ¿que mandaron para el recopilatorio?, sus Floyd The Barber, Downer, Pen Can Chew y demás gustarían, pero no, ellos querían algo nuevo, y la escogida fue la bizarra Spank Thru. En definitiva, un recopilatorio bastante majete, que casi veinte años después, sirve para lo mismo, te pone un catálogo, y tu has de escoger lo que te ha gustado y si quieres escuchar más de esos grupos por tu cuenta, y si lo haces te das cuenta porqué algunos son grandes estrellas, otros son recordados por un público amplio, otros por uno más especializado, y otros han caido en el olvido. Me pregunto que habrá sido de ellos, ¿trabajarán ahora en una oficina, o en la tienda familiar?, ¿o seguirán dando guerra por cualquier festival de turno?. Un número considerable ya habrá muerto. Desde Seattle, con suciedad, Grunge.